CACHILO, EL POETA DE LOS MUROS

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Comentarios rosarinos y argentinos

"Cachilo" en Gesell (el pre estreno)
Durante 59 minutos mantuvo atento a un público diverso y generó risas en más de una oportunidad ante la gracia innata de algunos textos de Cachilo o ante un comentario de algún entrevistado que rescataba los andares y decires del barbado poeta. Primer trabajo de Piazza en video (luego de varios trabajos en súper 8 y uno de 16mm), en "Cachilo" pueden verse el oficio y la experiencia del realizador que fue reconstruyendo los fragmentos de la vida del personaje hasta llegar a despejar sus aspectos más recónditos. Y esto, a partir de la fluidez del relato, ya que sus fuentes no son más que los testimonios de aquellos que lo descubrieron a través de sus escritos en las paredes, y sólo de algunos pocos que lo trataron personalmente, en la forma austera (y única) en que pueden relacionarse los solitarios como este personaje. La eficaz utilización de los recursos a su alcance (fotos, algunas imágenes registradas hace varios años por un aficionado, ilustraciones, la edición de sus poesías en libro) permitieron a Piazza indagar el singular universo de Cachilo, y a través de la naturaleza de sus acciones y lenguaje representar ciertas características de la ciudad misma y de sus habitantes. A su término, "Cachilo" fue festejado por el público y Piazza fue felicitado por los realizadores Nemesio Juárez y Humberto Ríos.
Juan Aguzzi

El Ciudadano, Rosario, 4-4-99

Retrato
(...) un documental que, en la carrera por retratar a un viejo croto que escribía poesía naif en los muros de Rosario, acaba retratando a los rosarinos mismos.
Máximo Eseverri / Revista El Amante Cine, mayo 1999
http://www.elamante.com/

Un gran fresco reconstruido (el estreno en Rosario)
- 9 PUNTOS -
Hay acontecimientos que quedarán registrados en la memoria de la ciudad como hitos fundamentales a la hora de registrar los pasos de sus personajes menos conocidos pero quizás más recordados por sus gestos. Un hecho de características inusuales sucedió el viernes pasado: la ciudad le rendía homenaje a Cachilo, uno de sus tantos personajes marginales que rompió la monotonía de las paredes con sus poemas. Una vez más Mario Piazza fue el responsable de convocar la memoria de una aldea tantas veces indiferente frente a lo que sucede a la vuelta de la esquina. El hecho de que las instalaciones del Teatro del Centro Cultural Parque de España fueran desbordadas por una gran cantidad de público que intentaba "ver de qué se trataba" son más que elocuentes a la hora de analizar el "fenómeno Cachilo". Las palabras son un conflicto para un hombre que se expresa con imágenes: Mario Piazza trató de enhebrar algunos vocablos para dar por inaugurada la proyección de su película pero lo más contundente fue su "¡Cachilo, vive!" con el que remató su "tributo a la rebeldía". La cámara pareciera ser la prolongación de los pasos del famoso personaje: se desliza por las calles recorriendo algunos de los conocidos itinerarios del poeta itinerante. El comienzo es más que alegórico, una imagen de la ciudad despertando, con el humo de sus chimeneas, se impone como escenario y como espalda de cemento para los ignotos creadores.
Más allá de algunas buenas animaciones que le dan vida a Cachilo a través del trabajo con el abundante material fotográfico recogido, la película es fundamentalmente un documental basado en los testimonios de los que vivieron la "era Cachilo".
El nombre de estos testigos puede ser tomado como referencia para hilvanar los cabos sueltos de una gran historia de los constructores de sentido de una ciudad que no ha tomado conciencia de su existencia.
La mítica figura de Norberto Campos, deslizándose en bicicleta por las calles de Rosario, testigo y recopilador de cuanto graffiti de Cachilo apareciera, es todo un símbolo.
El fervor del arquitecto Mario Bonacci, dueño de gran parte del patrimonio fotográfico de una ciudad que uno nunca mira para arriba, cronista de las andanzas del "poeta de los muros".
Los integrantes de la revista Risario a través del fotógrafo Alejandro Lamas, quien "escrachó por primera vez a Cachilo", como contó David Leiva como miembro destacado de su staff.
La selección musical encuadró con el espíritu popular y ecléctico de este video: desde la Sinfonía Nº 3 de Henryk Górecki, pasando por el "Réquiem" del grupo de jazz El Umbral, la "Oda para Cachilo" por el conjunto de Omar Torres; "Escritor de paredes" de El Tomi y De Benedictis, hasta la "Trola Coca Cola" con textos del propio Cachilo y Gonzalo Aloras.
Este es un gran fresco reconstruido a partir de la memoria viviente de un sector de rosarinos que se niegan a enterrar a sus habitantes más ricos, paradójicamente los más pobres a la hora de contar sus ingresos.
La presencia de uno de los "amigos" de Cachilo en las butacas reservadas para invitados especiales fue todo un gesto.
Julio Cejas
Rosario/12, 1º/6/99
http://www.rosario-12.com.ar/

Irrepetible
A sala llena, en el Teatro Parque de España, es estrenada esta nueva realización del rosarino Mario Piazza. "Quiero rendir tributo a la rebeldía", dice en minutos previos a la proyección y recuerda el aniversario del Rosariazo. Aunque muchos ya lo saben, deja nítido que este trabajo "fue realizado a contrapelo de la tendencia imperante. Me siento medio apabullado porque me estén escuchando todos en este momento". Nadie espera mayores palabras. Todos quieren bucear en la historia de ese Cachilo tan querido y emblemático como desconocido e irrepetible. "Llegó a donde otros artistas no llegaron: Vivir en un extremo", dice Mengano en el video. "A veces vale la pena zarpar, aunque sea para quedarse solo y a la intemperie", dice Fulano. "No era de nosotros. No era del montón", dice Sultano. Y Juan de los Palotes agrega: "Yo creo que los tipos que más se rayan son los más sensibles". Después de la peli, Adrián Abonizio y Hugo García cierran con "Soledad", de Gardel y Le Pera, mientras Charly, un cachilo sin vidriera, hace girar por enésima vez la noria de los crotos.
Sergio Contemori
Revista Cablehogar
, julio de 1999

Lo mejor de hoy
El personaje netamente rosarino, que escribió los muros de la ciudad con sus poemas y reflexiones, es reflejado en la película que suma al valor del documento filmado, el aporte del videoarte.
La Capital, 19/6/99
http://www.lacapital.com.ar/

Libertad y dignidad
(...) la película impresiona, además, por uno de tus "fuertes": el montaje, sutil hilo expresivo de un film que ata al espectador, lo conduce, lo retiene. El todo, no obstante, está al servicio del meollo del mensaje, que llega claro y fuerte - alguno podría pensar, tal vez, "hasta exagerado" - : Cachilo - en virtud de la liberación que la enajenación produce - expresó algo esencial de todos: la demanda de libertad, la afirmación de la dignidad a todo costo: ni sometido, ni indigno, aunque aquello importe "la locura", la intemperie, el desprecio de los filisteos, la soledad. Esto es, según lo veo, lo principal de tu película, lo que el soporte idóneo te permite decir con claridad y contundencia.
Prof. Carlos "Eddie" Saltzmann / Rosario / ex-alumno de Olga y Leticia Cossettini

Cachilo en el Comediazo
(...) resultó un grato descubrimiento para una gran cantidad de pibes jóvenes que festejaron, en varios pasajes del video, las reflexiones del poeta de los muros rosarinos. El trabajo de Piazza es un puntilloso relevamiento de los diversos entornos del personaje, con testimonios de quienes conocieron a "Cachilo" cuando era un ciudadano "normal" y los que lo descubrieron como un glosador de distintos sucesos que jalonaron su vida hasta el final.(...) una película que se convertirá en un documento inapreciable para la historia de Rosario.
Marcelo Menichetti
La Capital, 12/7/99
http://www.lacapital.com.ar/

Cachilo en el Comediazo II
Apenas comenzada la proyección, que de inmediato captó la atención del público, se escucharon algunos comentarios, entre otros el de un joven que le dijo a su acompañante: "qué alucinante lo que hacía este tipo", sin duda, porque muchos de los presentes no conocieron a Cachilo ni a sus manifiestos callejeros, dado que en muchos casos su edad no superaba los 20 años.
Miguel A. Passarini
El Ciudadano
, 13/7/99

No adjetivo
Ignoro si el mismo Mario tiene conciencia de lo que es ese video: ha transformado a la ciudad que amamos tanto, en un poema. No adjetivo, sería absurdo: no alcanzan los adjetivos para definir lo que experimento. Cuando Norberto Campos canta "Soledad" de Gardel y Le Pera arrodillado frente a la tumba de Cachilo (la mejor de las tumbas, una cruz, la tierra, lo que en la tierra se transforma), cuando oigo y veo la mirada de Norberto y su forma de cantar, siento que la garganta se achica en el nudo y sin pudor apunto que lloro, que no tengo derecho alguno a quejarme.
Gary Vila Ortiz / "Líneas dispersas", contratapa del Rosario/12, 3/8/99
http://www.rosario-12.com.ar/

El poeta y sus comunicados
Querido Mario,
Muchas gracias por Cachilo. Alcancé a ver el documental el 3 o 4 de julio en el cine de Fernando Peña. Me fui enganchando desde el principio. Me conmovió. Me gusta la historia, el poeta, sus comunicados, pero especialmente tu forma de comunicarlo; está hecho con una mano y un ojo cálidos, muy humanos. Ya ustedes en Rosario, son un centro cultural aparte, pero sin embargo es una gran contribución no solo a vuestra cultura, sino a la de todos nosotros, y la muestra de un camino a seguir.
Carlos Echeverría (realizador de "Juan, como si nada hubiese sucedido")

Comienza la lucha
Es una obra de arte. Así se lo acabo de comunicar por fax al INCAA, de donde supongo y espero tendrá (recibirá) Ud. noticias. Felicitaciones extensivas a colaboradores (Becca, por ejemplo), músicos, informantes y todos los que hicieron posible este inolvidable trabajo. ¡Fuerza, que la lucha recién comienza! Por si le sirve de algo, sepa y tenga por seguro que estoy de y a su lado. Un abrazo,
José A. Martínez Suárez / Buenos Aires, 22/8/99

Cachilo es como HGO
(...) Yo sí vi Cachilo, y te felicito. Lo disfruté mucho y me gustó el tono y la sutileza en la aparición de Cachilo en imágenes como un ser medio inaccesible (Parece HGO en algún sentido). Espero que sigas un camino exitoso como hasta ahora con el film..
Daniel Stefanello / Co-director de " H.G.O."
http://www.geocities.com/hollywood/agency/1430

Esencial sinestesia
"En este tiempo finisecular del zapping (...) donde la poesía no es vedette porque nos invita a un estado de reflexión, Mario Piazza crea una obra basada en la esencial sinestesia de apostar a todos nuestros sentidos."
Susana Rozas,
Paloma nº 4, Sarandí (Bs.As.), octubre de 1999

Sin palabras
Realmente el video me dejó sin palabras, cosa nada frecuente en mí. No solo me dieron ganas de haber conocido a Cachilo sino que le tomé cariño. Solo conozco una persona que puede hacer esa clase de cine: vos. Sos genial, me emocionó el final donde se lo ve más a Cachilo, me desarmaron los testimonios, las fotos, los murales, las frases, pero todo es por la forma en que fuiste hilvanando la película. Transmite muchísimo y te deja con la duda (jactancia de los intelectuales) acerca de todo lo esencial que uno es. Realmente es un valor en sí mismo y ya no podría reprocharte que tardes tanto, porque los resultados son de una calidad fuera de serie. Mis más profundas felicitaciones. Me enorgullece ser tu amiga. Pasala a 35mm.
Alicia Barthe
Colonia / Uruguay

Huele a Rosario
Han pasado varios meses desde que estuve en la presentación del video en el Parque España y en la presentación en la sala Mateo Booz de tu excelente video. Sensitivamente huele a Rosario, se palpa Rosario y aquellos que en más de una vez nos cruzamos con ese personaje, con respeto, de nuestra ciudad estamos alegres de que a pesar de que sus escritos ya no nos reconforten la mirada tengamos un video con el cual mantener la memoria viva de uno más de los tantos poetas y artistas con los que nos ha bendecido esta ciudad. Adelante con nuevos proyectos, muchas gracias y a un solo grito:
¡¡¡CACHILO VIVE!!!.
Fernando Pérez
Rosario


El documental como emoción
Recién pude asistir a una proyección del documental del rosarino Mario Piazza ayer por la tarde, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Se lo confesé más tarde al propio Piazza: ..."es infrecuente emocionarse ante un documental y lo infrecuente sucedió con tu obra". Es que uno está lamentablemente acostumbrado a los canales que difunden documentales a toda hora, en general monótonos, adocenados y, para peor, doblados al español con una invencible apatía.
No es el caso de "Cachilo, el poeta de los muros ", último trabajo de un documentalista tan notable como escasamente prolífico - y esto no significa un reproche, hay, me parece, más allá de las eternas dificultades de un medio hostil, en Mario Piazza un deseo de selección y meditación que se percibe en su filmografía-. Al concluir la proyección, el organizador de la misma, Claudio Caldini, aseguró que se trata del mejor documentalista argentino. Refrendo tal opinión.
Mientras las imágenes se sucedían ante mis ojos, en el fondo de la sala, experimenté una profunda emoción. Una mezcla de sensaciones y recuerdos que ahora intentaré, en pocas palabras, desentrañar. La obra de Piazza, hablaré primero de los recuerdos, me obligó a rememorar, a traer desde el fondo de la memoria a otros "Cachilos" que, como el que recorrió las calles de Rosario durante doce o más años, acaso fueron padres de familia y empleados de oficina que, un día, por algún motivo en general misterioso, lo abandonaron todo por una vida sin casa, de vagabundeo y mendicidad, para terror de los "bien pensantes".
Conocí a varios linyeras a lo largo de mis días, en Pergamino: Roque, siempre rodeado de perros; el viejito del que ya no recuerdo el nombre que anduvo las calles hasta su muerte por el frío dentro de un acoplado; aquel que no podía decir imán, decía "inám" , y nos contaba sesiones de la Cámara de Diputados, como si las estuviese viendo...Y, sobre todo, un barbado hombrecito que sabía como pocos de rosas y aconsejaba a mi madre cómo cultivarlas y cuidarlas.
Pero Cachilo era excepcional. Desde el momento en que decidió dejar su puesto de empleado de correo para iniciar un febril, interminable vagabundeo, inició, al mismo tiempo, una actividad que cumplió hasta su muerte: escribir y dibujar en las paredes. Usaba para ello tizas de colores que orinaba, así, el proceso químico desencadenado hacía que los trazos adquiriesen corporeidad. Son muchísimas las paredes que sirvieron de soporte a su trabajo, muchas de ellas fueron repintadas y otras felizmente no.
Alguien, durante el documental, dejó entrever una idea fascinante. Cachilo habría trazado un plan, no se trataría entonces de una anárquica labor sino de un desarrollo pensado de antemano. Yo no iré tan lejos, ya hay bastante con alguien que recorrió calle por calle de Rosario, escribió y pintó en todo muro que se le pusiese adelante, en una tarea que lo obligaba a estar en algún momento en el norte y horas después en el sur de la ciudad. Pero la obra de Piazza va más allá de la anécdota, no se limita a captar escritos, de por sí notables por directos o por crípticos, de una síntesis admirable, lo retrata en cuerpo y mente, en alturas y bajezas, no hace apología ni lo condena, lo revela, lo desnuda, lo acompaña en su itinerario y le canta su tango preferido junto a la tumba.
Recurriendo a una amplia gama de recursos, el dibujo, la poesía, la música, la fotografía, la filmación en super 8 y en video, el testimonio de amigos y ocasionales testigos, Mario Piazza reconstruye una historia. La historia de un hombre que fue más de uno ("Yo soy el otro", dijo Rimbaud), que, como Artaud, cambió en alguna oportunidad el apellido paterno por el materno, que sufrió una enorme y abismal transformación, quién sabe por qué causa que nunca conoceremos, el antiguo "dandy " se volvió harapiento y maloliente; el piropeador impenitente, enemigo de las mujeres: el empleado modelo, vagabundo; el que nunca había dado señal alguna de afición por el arte, poeta y dibujante de paredes.
Hoy, al mediodía, mientras pensaba cómo escribir esta reseña, al cruzar la plaza de Muñíz camino a casa, otro Cachilo, de poblada barba blanca, me preguntó, con sonrisa irónica, a mí, que también la tengo pero bastante menos abundante: "¿Qué hacés, barbudo?"
Carlos Barbarito
San Miguel, Buenos Aires
30/04/01

Obra integrada
Miré varias veces el documental. Primero quiero decirte que me impactó el personaje. Lo percibí como alguien que resumía la libertad, el fracaso y también la valentía como rasgos de vida. Un ser con genio nato, decepcionado por vaya a saber cuántas cosas, que fue capaz de abandonar identidad, familia y trabajo para transformarse en Cachilo. Un personaje parco, sucio y solitario, amigo de los marginales. Un habitante de la calle que le dio contenido y color a muchas paredes de la ciudad, con su poesía simple y sabia, a veces acusadora y a veces tierna. Te hago estos comentarios en primer lugar porque pienso que te debe interesar qué perciben los que han podido ver tu obra.
Me pareció muy valioso y laborioso tu trabajo. Me imagino lo complicado que ha de ser recopilar datos y testimonios, validarlos e integrarlos con la lógica del documental. Complicado y fascinante.
Me gustaron mucho algunos medios utilizados (por ignorancia no puedo ser preciso en los términos, pero me refiero a recursos técnicos gráficos y fotográficos).
Por último quiero felicitarte y también agradecerte como rosarino el que hayas dejado este testimonio de nuestra historia y de nuestra cultura. Porque más allá de Cachilo, de sus particularidades y enseñanzas, tiene muchísimo valor la obra integrada de todos los artistas y técnicos que construyeron el documental.
Marcelo Bielsa
Rosario, comienzos de 2002

Brillante y localista
Realmente lo he disfrutado mucho.
Al verlo plenamente encuentro en él mucho de mi pasado rosarino, un par de
músicos con los que toqué, Ricci el bajista de Torres y Maxi Ades el
baterista del Pichi con quien armé una de mis primeras bandas en el 81, Mc
Allister con quien compartí muchos bares pero como dice Norberto Campos
desoí por prejuicios cuando contaba de un linyera y de su obra, grave necedad.
Muy bueno el tema de Aloras con textos de Cachilo.
Creo que la obra es excelente realmente, brillante y creo también que es muy
localista lo que la limita en cuanto a comercialización. Esta es una humilde observación.
Eduardo Carvalho
Avellaneda,
Buenos Aires
16/10/02


Poesía
Hola Mario, antes que nada te escribo para felicitarte por tu documental "Cachilo, el poeta de los muros", porque fue uno de los mejores que vi hasta el momento. Me transmitió, valga la redundancia, poesía, algo muy poco común en los documentales. Además de ello, me gustaría saber cuándo vas a dictar tu taller, o si es que tenés previsto presentarte en algún seminario allí en Rosario, o aquí en Buenos Aires. 
Te mando un saludo,
Carla Iermini / Buenos Aires
08/10/03

Estandarte
Fenómeno cultural de la ciudad de Rosario, el documental de Piazza logra colocar un oportuno estandarte en los pequeños héroes callejeros, anticipándose a un duro estado de situación general, en forma cálida y conmovedora.
Raúl Manrupe / María Alejandra Portela
Un diccionario de films argentinos II, Ediciones Corregidor, junio de 2004



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Desde Valdivia / Chile


Rosario la lleva
Soy un estudiante de ingeniería en mantenimiento industrial, de la ciudad de Valdivia, Chile, y tuve la suerte de ver y apreciar su video documental en el festival de cine-video de este año, y la verdad que me llamó la atención desde el momento de ver su sinopsis en la programación, pero lo que me dejó bastante impresionado fue todo el material que se incluía en dicho video, desde el punto de vista de la poesía, fotografía, plástica, etc.
Ahora he podido complementar todos lo visto en dicho video con lo incluido en el sitio web, además de informarme acerca de Rosario que al parecer "la lleva" en lo que es la movida cultural allá.
Saludos y Felicitaciones.
Jorge G. Díaz N.
Valdivia / Chile

Harto cool
Un documental harto cool de un tipo de Rosario, Argentina, que escribía poemas en las murallas de la ciudad. La historia era seca, el tipo era un ídolo que meaba las tizas para escribir mejor y que en su juventud era como un dandy millonario que de un día para otro se hizo vago. Ahora, ya muerto, muchos le rinden tributo y cultos y cosas por el estilo. Lo único malo en este gran corto, era que la copia en exhibición era tan mala que la tuvieron que cortar en la mitad. Lastima, único punto en contra. Soy un quisquilloso.
Esteban Rojas
(Reporte del Festival de Valdivia)
Sobras.com on the road

http://www.sobras.com/portal/lunes.html

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Visiones canadienses

Estimado Mario: Muchas gracias por su inscripción de Cachilo. Tendremos gran placer de proyectarlo aquí el próximo noviembre. Shelaine, nuestra programadora, no puede parar de hablar de él y lo ha programado en horario central.
Gracias otra vez y felicitaciones.
Malcolm Parker
Print Traffic
Global Visions Festival / Edmonton, Canadá,
20/09/00

Cachilo está recibiendo un montón de entusiastas repercusiones – la gente está muy ansiosa por ver el film y la prensa también está interesada.
Malcolm Parker
Print Traffic
Global Visions Festival / Edmonton, Canadá,
30/10/00

Una espectadora
Pienso que su film es hermoso. Definitivamente despertó mi interés en este poeta y en Rosario.
Aunque me encantó su film, creo que me perdí parte de la experiencia por no haber podido apreciarlo en su idioma original.
Kerri Charest / Edmonton, Canadá
joven espectadora del Global Visions Festival,
7/11/00

La única voz
"Él era un poeta, perturbador, inquietante... un poeta de un lugar prohibido, un lugar oculto, marginal, un lugar no reconocido por la cultura oficial."
En la ciudad de Rosario, Argentina, a mediados de los '80, un loco sin hogar se convirtió en la voz de un pueblo. El país estaba gobernado por una dictadura militar y, protegido por su locura, Cachilo recorría las calles, llenando los blancos de las paredes con su poesía y sus dibujos.
Esta libertad lo convirtió en la envidia de sus colegas artistas y le valió una notoriedad y un respeto que no habrían sido posibles en un clima político menos represivo.
El documental, pleno de muestras de su trabajo y entrevistas con sus conciudadanos, habla más del intenso deseo de libertad de expresión que existe en la humanidad, que sobre el hombre mismo. Por cierto, cuando miraba el film, me desconcertó el hecho de que este hombre de la calle, que inscribía locuras aleatorias en las paredes de una ciudad, pudiera obtener una acogida tan positiva. ¿No es ésta la clase de gente que procuramos mantener lejos de nosotros? Sin embargo sus versos eran cuidadosamente recopilados, se escribieron canciones sobre él, y se hicieron películas. Él no parece diferente de cualquiera de las almas perdidas que vagan por las calles de las grandes ciudades del mundo, llevando consigo su universo privado.
¿Qué le dio a Cachilo el status del que no han gozado sus pares? La respuesta está en la cultura circundante. Nosotros damos por sentadas nuestras libertades. Hablamos, escribimos, cantamos, dibujamos cualquier cosa que queremos, mientras que la poesía del loco se pierde en el clamor. Sólo se vuelve valiosa cuando es la única voz que puede hablar sin peligros y ser oída. Entonces es tenida en cuenta y venerada como un símbolo de libertad. Como dice un hombre en el film, "él tenía la libertad y locura que nosotros no teníamos."
Natasha Laurence
Our Voice *
Edmonton, Canadá, Octubre 2000.
* periódico que es distribuido exclusivamente por gente de la calle -homeless- y a través del sitio web en la siguiente dirección: http://www.bissellcentre.org/ourvoice/ .


Veneración
Cachilo recorría las calles de la ciudad de Rosario, Argentina, con un saco grasiento por la suciedad, y una gorra indescriptiblemente raída y sujeta a su cabeza precariamente por una carrillera.
Una abundante barba blanca y enmarañada, haciendo juego con una abundante cabellera blanca y enmarañada. Asido por sus manos, un arco iris de pedazos de tiza con los que Cachilo escribía sus poesías en las paredes de los edificios del centro de la ciudad.
La gente de Rosario, o por lo menos los artistas que aquí son entrevistados, celebraban a Cachilo como un genio. Su poesía de las paredes ha sido recogida en un libro en su homenaje, y sus pinturas murales en tiza son consideradas obras de arte mayor.
Puedo conceder que Cachilo haya tenido cierto talento, pero mucho de él, me temo, se pierde en la traducción. Conocer a Cachilo puede haber sido amarlo, pero este documental no logra dejar en claro por qué él fue acogido con tanto fervor por la intelectualidad de Rosario.
Sin embargo, me impactó lo hospitaliario que la ciudad de Rosario parece ser. La gente de la calle en otras ciudades no recibe la consideración que ha hecho relativamente cómoda la vida de Cachilo en Rosario. Y los graffiti son invariablemente borrados sin consideración de sus méritos. Al parecer en Rosario se preserva esta clase de cosas.
Tampoco era Cachilo -otrora empleado postal según un amigo suyo- un tipo siempre afable.
Él discutía con los dueños de restaurantes que le daban comida gratis, y tenía el hábito de orinar sobre las paredes en que planeaba dibujar y escribir.
Él creía que la orina haría que su trabajo fuera más perdurable y, francamente, ¿quién podría discutirlo?
Él logró claramente que algunas personas se cuestionaran las convenciones por las que vivían, y buena parte de su obra contenía agudas observaciones del mundo que lo rodeaba.
Algunas de ellas eran, por cierto, sencillamente extrañas.
"En París, los bebés los trae la cigüeña. En Rosario los trae la pava que vuela" contiene en sí alguna sonrisa, aunque sospecho que los rosarinos entenderán mejor el chiste que los demás.
Nada se libraba de su comentario: el futbolista Maradona, la vejez, el gobierno, algo que él llamaba el monstruo de los caños. Y algunos de sus poemas no tenían ningún sentido.
"Toda buena alumna tiene que mostrarle su bañadera limpia a su maestro'' se lee como un epigrama mal traducido de una galletita de la fortuna.
Con todo, no puede negarse el impacto de Cachilo, por lo menos en Rosario.
Hay un bar con su nombre, y sus refranes crípticos y enigmáticos son materia de análisis académico en la Universidad de Rosario.
Por otra parte, desde su muerte, a comienzos de los años noventa, Cachilo ha sido nombrado póstumamente "ciudadano ilustre" de su ciudad.
No obstante, y quizá yo esté equivocado, no puedo evitar el presentimiento de que Cachilo sea probablemente más reverenciado ahora que cuando él arrastraba su humanidad por las calles de Rosario, garrapateando -y zigzagueando- mientras se alejaba.
Marc Horton
The Edmonton Journal
– 4/11/00

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El comentario de uno que no vio el video (ni lo quiere ver)

Fanáticos de la necrolatría
"Eh, oiga" me espetó a boca de jarro el outsider de la cortada Zabala, la de la parrillita, "¿No le parece exagerado, oportunista y melancólico agarrársela con los muertos-mitos-muertos?"
"Y... sí", le contesté al tiempo que me alejaba raudamente dejando una estela de azufre, mientras matizaba mis fúnebres pensamientos con un alegre madrigal del siglo XVI. Tiene razón mi outsider personal. Al pobre poeta Aragón, en una mañana de Miércoles de Ceniza, alguien lo cubrió con una alfombra que hurtó (hurto: sin violencia; robo: con violencia) de quién sabe cuál sacristía, para que el Rey Momo vernáculo no sintiese frío, durmiendo en un umbral de la zona de Pichincha.
A Cachilo nadie se le acercaba ya que olía como un jabalí en estado de infrecuente desaseo. Hoy muchos se hacen dueños del héroe, como reza el título de un libro cuyo autor he olvidado.
A Olmedo la "intelligentzia" de la época, dentro de la cual yo militaba (y éramos muchos), considerábamos su humor cercano al de los bufos circenses (con perdón de...).
A Pataqueno, mi papá, a la sazón asesor litúrgico del Colegio Sagrado Corazón, le permitía dormir en el atrio de la capilla, por las noches, no sin antes alcanzarle una sopa caliente, exponiéndose a la lógica reprimenda del hermano Leopoldo.
por eso, cuando hoy menudean los homenajes multitudinarios, fogoneados por quienes tal vez dejándose llevar por lo sensorial homenajean post mortem a personajes que en vida, solos y como dice el tango "arrastraron por este mundo la vergúenza de haber sido... y ya no ser", convirtiéndose en héroes urbanos, coincido con mi amigo el outsider y agrego como decía el gran Bertolt (Brecht): "Desgraciados los pueblos que necesitan héroes".
A propósito, éste, hombres sabios ¿es también un homenaje?
Silvio M. Valli / La Capital, Suplemento Escenario, 9/6/99

Réplica a Valli
En su nota del 9/6/99, titulada "Fanáticos de la necrolatría" , Silvio M. Valli sostiene que es "exagerado, oportunista y meláncolico agarrársela con los muertos-mitos-muertos" y a continuación se la agarra con Cachilo (entre otros).
Como no hace nombres, yo no tendría tal vez por qué darme por aludido ("Hoy muchos se hacen dueños del héroe" , dice), pero ocurre que esto lo dice con el conocimiento del reciente estreno de mi video "Cachilo, el poeta de los muros" ("hoy menudean los homenajes multitudinarios", dice), al que fue invitado y cuya gacetilla de prensa tuvo la gentileza de difundir desde su trabajo en la radio.
Los fundamentos para el lapidario juicio de Valli parecen ser apenas lo culto que él pretende ser - llama "outsider" al cuidador de autos, escucha un madrigal del siglo XVI, se inscribe en la "intelligentzia de la época" y cita al "gran Bertolt" - pero no ha visto el trabajo al que refiere -aunque elípticamente- y, según se puede deducir, tampoco querrá verlo en el futuro.
La Capital ha aportado de modo importante a la difusión previa del estreno de "Cachilo, el poeta de los muros", lo cual agradezco al "Decano", de cuyas páginas, por otra parte, han surgido varias imágenes y textos incluidos en el video. Pero mal hace el diario en delegar sus críticas en quienes no ven las obras que deben juzgar (La crítica carta de la Sra. Carmen Roldán -Escenario, 2/6/99-, quien tampoco vio el video, tiene, con todo, mucho más fundamento que la nota de Valli).
Un medio como La Capital tiene efecto educativo sobre la población y con su actitud Monsieur Valli está sembrando un prejuicio anti-rosarino. Existe una producción audiovisual local importante, cuantitativa y cualitativamente. Con ignorarla o desdeñarla un crítico de esta ciudad no estará preservando su trabajo, sino por el contrario, arriesgándose a quedar fuera de los tiempos.
Mario Piazza / Correo de lectores, Suplemento Escenario, La Capital, 16/6/99

Doxa vs. Episteme
En alguna de las cortes del siglo XVI, él habría sido el bufón comentarista, complaciente de "pelucas perfumadas" y siempre envidioso de aquellos trovadores viandantes que entonaban madrigales para cantar sobre cosas que inspiraban las voces populares.
El Valli, ¿nunca leyó sobre la simpleza, franqueza y profundidad de la filosofía de Diógenes, diamante de la doxa y perla negra de la episteme Griega?
¿A qué olía Jesús después de 40 días en el desierto?
Seguramente en la sacristía del Sagrado nunca reflexionaron sobre ello.
La pobreza nunca "enaltece" a quien debe sobrellevarla pero sí, muchas veces, "ennoblece" al alma e inspira al corazón.
Manuel Castro, desde Paraná

El enmascarado no se rinde
mario me parece bien que des pelea
valli no sabe que jugar con poeta trae yeta.
un abrazo reynaldo
Reynaldo Sietecase, desde Buenos Aires

Véalo, don Silvio
Horas antes del estreno del video documental de Mario Piazza, Cachilo, el poeta de los muros, o sea, de una preciosa fiesta rosarina (Parque España, 28/5), lo escuché a Silvio Valli por LT2 deplorar el homenaje a un "héroe entre comillas", expresión que en estas circunstancias supongo que debe tomarse como "poeta entre comillas" o falso poeta. Días después, se explayó todavía más en La Capital (9/6), pese a que... seguía sin ver el vídeo.
Por cierto, no es el único que huele mejor las miserias de Cachilo que su arte o su potencialidad emblemática (tras su impacto entre tantos artistas de Rosario). Pero se agradece la franqueza y el tirarnos el tema de si era o no un poeta. No pocos sentimos que lo era, o al menos que se integraba misteriosamente a la ciudad para serlo. Y que lo lograba por un don que solo tienen los poetas: el de crear sugestivas ambigüedades con la palabra, mensajes inapresables pero envolventes, con duende: "El alto voltaje de la poesía se genera en el poder de reverberación de las palabras" (Rubén Sevlever, La Capital, 17/12/1995).
Fíjese don Valli, ahí está Cachilo: sugerir, intrigar, hacer sonreir. Algo que además consiguió con los primeros que descubrimos las pintadas antes de que pudiéramos decir: ¡Ése qué va a ser poeta! es decir, antes de conocerlo y de que el prejuicio pudiera empañar la mirada (aunque también es significativo que no se las empañe a los pibes de hoy sin aquella ventaja). Pero supongamos que todo lo dicho le importa un rábano a usted, don Silvio, ¿igual se sentirá frente a un croto común? ¿Que fue especial pero que ya murió y no merece una película? Cachilo interesó a innumerables artistas de la ciudad y hasta se editó un delicioso librito con sus pintadas, que ahora acaba de reeditarse.
En cuanto a ese video "oportunista", ¿sabe en qué consiste? En documentar a ese Cachilo, pero, sobre todo, a ese impacto en el alma de la ciudad. Y ojo, incluyéndolo a usted -no sé si se lo contaron-, incluyéndolo en el espíritu al menos y en cierta historia que cuenta Krasniaski. Péguese una vueltita y véalo, don Silvio (y no se olvide del librito).
Héctor Cepol
Correo de lectores, Suplemento Escenario, Diario La Capital, Rosario, 23/6/99

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Mario Piazza